Textiles Naturales y sus Tintes. 1ª Parte.

09.04.2021

Pilar Morales Antequera

Arquitecto Técnico, Arquitecto de Interiores y Profesora de Insenia





Entendemos por fibras naturales todo material con el cual se fabrican los hilos y los tejidos que encuentran en la naturaleza como parte de las semillas, en los vegetales o en el pelo de los animales. Pueden ser de origen vegetal, animal o mineral.

En el siguiente cuadro podemos ver la clasificación de las principales fibras naturales.

Los tintes naturales provienen de plantas, algunos invertebrados o minerales. Se usan raíces, frutos, hojas y cortezas. Además se puede extraer tintes naturales de algunos hongos y líquenes.

Algunos de estos tintes naturales eran considerados un lujo por la dificultad de obtener el material para producirlos. El color púrpura, por ejemplo, se lo extraía de un molusco y era muy complejo de obtener. Se estimaba que se necesitaba 8.500 moluscos para producir un gramo del tinte. Por la complejidad de la creación del tinte, su precio era más alto que el oro

Antiguamente se usaban extractos tintóreos de plantas para teñir fibras, ropa, dar color a alimentos etc., lo que dejó de realizarse al aparecer los colorantes artificiales. Sin embargo, al transcurrir de los años se ha encontrado que los colorantes artificiales pueden causar enfermedades en el ser humano, por lo que se hace necesario realizar estudios para extraer y aplicar de nuevo los tintes naturales.

Un colorante natural es toda aquella materia colorante que tiene origen vegetal o animal.

Para que una sustancia coloreada, sea considerada un colorante, deberá contener grupos cromóforos llamados auxócromos, los que dan a la sustancia afinidad con la fibra.

La historia está llena de ejemplos de aplicaciones con aditivos colorantes.

Los primeros rastros de uso de tintes naturales se encontraron en China en el año 2600 A.C., sin embargo resultaron de muy pobre solidez, pobre resistencia al lavado y a la luz, posteriormente fueron desarrollados teñidos más sofisticados, produciéndose colores con mejor solidez.

Pinturas en tumbas egipcias que datan de 1500 años a.C. presentan la manufactura de dulces coloreados. El vino ha sido artificialmente coloreado por siglos antes del nacimiento de Cristo y, es bien sabido que las especias y condimentos eran coloreados, por lo menos, 500 años atrás. Muchas prácticas han sido documentadas en papiros egipcios.

Las plantas utilizadas, así como los antiguos procedimientos de teñido han sido registrados, especialmente por dos historiadores del primer siglo después de Cristo. Plinio El Viejo, naturista romano, refiere en sus escritos dos colorantes comunes usados por las tribus Gálicas, el índigo y el glasto, mientras que el griego Dioscórides describe los colorantes de la rubia para el rojo, del azafrán (de los estigmas del Crocus sativa) y gualda (de Roseda luteola) para amarillos, glasto para el azul, Alkanna tinctorea para rojo, entre otros.

Durante la Edad Media, alrededor de 1250 d.C., los procedimientos de tintura fueron registrados por los monjes medievales. En aquellos tiempos las mismas plantas eran usadas para teñir y para fines medicinales. El uso de colorantes en drogas, indudablemente, ha tenido una larga historia, debido a que el color ha sido asociado con enfermedades y su tratamiento desde la antigüedad.

Hasta mediados del siglo XIX, los colorantes usados en alimentos, drogas y cosméticos y textiles, fueron materiales fáciles de obtener de fuentes naturales como animales, vegetales y minerales. Sin embargo la importancia de los colorantes naturales disminuyó cuando en 1856, en Inglaterra, William Henry Perkin, en su intento de sintetizar quinina, oxidó sulfato de anilina con dicromato potásico y produjo el primer colorante sintético, la mauveína, de color púrpura.

Posteriormente, los químicos alemanes perfeccionaron los colorantes derivados del alquitrán de hulla, hasta tal punto, que empresas de colorantes vegetales se arruinaron, totalmente, antes de que finalizara el siglo XIX.

Debido a los serios problemas generados por el efecto de los tintes sintéticos en el medio ambiente y la salud humana, se ha renovado el interés en los colorantes naturales. El aumento de la demanda del tinte natural en la industria de tintorería, así como en la de alimentos, cosméticos y medicinas entre otras ha motivado el incremento del número de países en que se está dando el renacimiento del cultivo y producción del mismo.

Los colorantes naturales pueden ser clasificados, según su naturaleza química en diversos grupos:

Debido a esto, la elección de una planta con tales fines es determinada por consideraciones económicas; el material debe estar disponible en suficiente cantidad a un precio razonable, el proceso para obtener el colorante no debe ser excesivamente complejo y costoso y el producto final debe cubrir las perspectivas industriales y los requerimientos legales de los gobiernos.

Fue muy empleada como colorante rojo desde la Antigüedad. En la Edad Media se empleó principalmente en la iluminación de los manuscritos y para colorear los barnices, especialmente para cubrir hojas de metal y el dorado. Parece que era uno de los componentes habituales de la sangre de Cristo en las esculturas policromadas. Se funde por efecto del calor y es soluble en alcohol y otros disolventes orgánicos.

Deben su color a las ficobilinas. También contienen carotenoides, especialmente, β-caroteno y cetoderivados.

Entre los líquenes se pueden destacar las especies del género Xanthoria, de coloración naranja y naranja - rojizo brillante.

El número de pigmentos diferentes, probablemente, excede los 1000; aunque algunos son de naturaleza química común a las plantas superiores (siendo más notorio el caso de la betalaínas y en menos extensión los carotenos y quinonas) muchos de ellos no han sido encontrados en algún otro organismo biológico.

Se estima que el obtener colorantes naturales puros puede costar de 30 a 100 veces más que el producir colorantes sintéticos certificados, reduciendo las posibilidades de explotación de estas fuentes naturales, sin embargo, las estrategias biotecnológicas en la producción de colorantes naturales que se han desarrollado en los últimos años son de gran importancia y podrían otorgar una serie de ventajas, entre ellas, las económicas.

En cuanto a los pigmentos en polvo de materiales minerales, son insolubles que no tienen poder de entintar, por lo cual solo pueden utilizarse mezclándose con otro cuerpo, como el engrudo, cola, resina, caseína, clara de huevo, etc., con los que se forma una pasta para pintar.

El óxido se puede utilizar de dos formas, una para oscurecer colores y otra como taninos para obtener un gris. Este tinte mineral era utilizado por los naturales que habitaban en las cuevas de América para producir un rojo pulverizado que utilizaban para hacer pinturas.

El primer colorante sintético fue desarrollado en 1856 en Inglaterra por W.H. Perkin. Lo descubrió por casualidad a la edad de 18 años.

Su mentor, el químico Augusto W. Hoffmann, no investigaba sobre el colorante. Trataba de obtener por vía sintética la quinina, un medicamento contra la malaria, a partir de la anilina, un producto del alquitrán de hulla. El joven estudiante, durante unas vacaciones, intentaba oxidar la anilina en su propio laboratorio. Después de añadirle alcohol a uno de sus experimentos, consiguió obtener un producto de tonalidad púrpura claro, es decir, malva.

Este descubrimiento fue tan importante que los químicos de Europa se lanzaron a preparar más colorantes sintéticos. Así, en 1859, el químico francés Emmanuel Verguin descubrió la fuchsina como segundo colorante sintético, en este caso de color rojo. Posteriormente, la colaboración ejemplar entre universitarios e industriales convirtió a Alemania en el centro indiscutible de la industria química del tinte. Los colorantes sintéticos se impusieron rápidamente sobre los naturales. Eran mucho más baratos y daban como resultado más variedad de colores

En los últimos 130 años, se han sintetizado varios miles de compuestos químicos coloridos, de los cuales alrededor de 10,000 son o han sido producidos a escala industrial, tratando, en muchos casos, de sintetizar productos idénticos a los naturales, como el β-caroteno.

En 1987 se estimó que la producción mundial de colorantes era alrededor de 700,000 toneladas, de esta producción, aproximadamente el 50 % fue destinada a la industria textil y un 2.2 % fue destinado al sector de alimentos, medicamentos y cosméticos.

Debido al incremento de las necesidades de la industria, durante las siguientes tres décadas, hubo un crecimiento continuo en el uso y número de aditivos colorantes. Como resultado de estos esfuerzos, se culminó con la publicación en 1940 de la declaración de servicios y regulaciones en Alimentos, Drogas y Cosméticos, la cual listaba colorantes específicos que podían ser usados junto con especificaciones y regulaciones relacionadas con su manufactura, clasificación, certificación y venta.


Los tintes "azo" se siguen incrementando y es muy difícil conocer su formulación exacta, pues las empresas las consideran secretos comerciales. Asimismo la producción se ha descentralizado y las "facilidades" que brindan los países emergentes en términos de desregulación favorece la migración de industrias del centro a la periferia, así la industria química se siente más cómoda en Bangalore o Chennai (India) que en Basel (Suiza).

Mucha producción sucia se aleja de las restricciones en la Unión Europea o EEUU pero igual sigue produciendo y distribuyendo sus productos al resto del mundo. La normatividad aduanera en materia tintes y colorantes es increíblemente laxa y genérica.

Próximamente, la 2ª Parte!!