Digamos basta. NADIE SIN HOGAR.

18.10.2021

Manifiesto de la campaña "Nadie sin Hogar" 2021.

Elaborado por Cáritas Diocesana de Mérida-Badajoz.

Bajo el lema "¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege" celebramos el próximo 31 de octubre de 2021 el Día de las Personas sin Hogar.

Tras 29 años de campañas seguimos levantando la voz ante la grave situación de desprotección social y falta de oportunidades en las que nos encontramos miles de personas en situación de sin hogar.

Garantizar la protección social es un derecho fundamental para salir de la situación en la que nos encontramos. Tienen que existir medidas para prevenir las situaciones de exclusión social; medidas para fortalecer y concretar el desarrollo y puesta en marcha de políticas públicas que nos faciliten recursos y herramientas para que sea una realidad que todas las personas podamos vivir con dignidad en un hogar propio, en paz y permanente. Todos los que nos encontramos en esta situación debemos tener las herramientas necesarias para elaborar nuestro proyecto de vida y soñarnos viviendo como ciudadanos de pleno derecho. Desde un enfoque de acceso a los Derechos Humanos y, tal y como nuestra Constitución recoge, pedimos:

A las administraciones públicas:

•La existencia de un parque público de viviendas sociales para personas y familias en situación de sin techo y sin vivienda en el estado español. La vivienda es un instrumento fundamental para que alcancemos la condición de ciudadanos con plenos derechos.

•La existencia de un enfoque de políticas de empleo para personas con un difícil acceso al mercado laboral velando por una formación adecuada. El empleo de calidad es una fuente de inclusión social y de protección frente a la pobreza.

•Garantizar la universalidad, gratuidad y el acceso del derecho a la salud de todos los ciudadanos, especialmente, a los más desfavorecidos. Los problemas de salud pueden ser tanto causa de exclusión social como efecto de la misma.

•Desarrollar unas políticas públicas de prevención del sinhogarismo, que se anticipen a la pérdida del hogar y que garanticen el acceso a los recursos adecuados.

•Una garantía de ingresos que no sólo cubra nuestras necesidades básicas, sino que también nos permita disfrutar de la cultura, del ocio y de las redes sociales

•Una mayor coordinación entre las instituciones para paliar las consecuencias directas que tienen en nosotros y nuestras familias las distintas situaciones de exclusión social en las que nos encontramos.

A los medios de comunicación os pedimos que vuestra capacidad de transmitir sea una herramienta que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida, siendo sensibles a las situaciones que nos rodean, acercando a la ciudadanía nuestra realidad y desmitificando tantos estereotipos y prejuicios que tanto daño nos hacen.

A vosotros, los ciudadanos y nuestros vecinos, deciros que el sinhogarismo es siempre una vulneración de derechos que tiene solución. Superando prejuicios y miedos os invitamos a conocer las distintas situaciones personales y sociales de muchos de nosotros, para que entre todos busquemos el bienestar general por encima del particular. Que el compromiso social ayude a tener una sociedad más justa.

Es responsabilidad de cada uno comprender que no se elige acabar en la calle y una vez en ella no es fácil la salida, aunque afortunadamente hay personas e instituciones que eligen acompañar nuestra vulnerabilidad, nuestro momento actual, que dan voz y sensibilizan a la sociedad para que haya una garantía de acceso a los derechos y a una protección social real.

¿Y tú qué dices?
¡Digamos Basta!
NADIE SIN HOGAR 

Testimonios fotográficos

Las siguientes fotografías han sido tomadas por algunas de las personas sin hogar usuarias del HOGAR SANTA RITA de Collado Villalba. Se les pidió que relataran en fotografías como era su día a día, y éste es el resultado. Fábricas abandonadas llenas de basura, coches inservibles, contenedores desvencijados y estructuras en ruinas son sus casas improvisadas, donde acumulan sus pocas posesiones, y en las que, con la ayuda de cartones y colchones viejos, se protegen de las inclemencias del tiempo, de los animales y de aquellos que no les quieren bien. La calle es un lugar salvaje, repleto de violencia, de frío, de suciedad y de miedo. Los que viven ahí, entre toda esa miseria, no son una estadística, no son un dato, no son una excepción. Son personas con nombre. Son Jesús, Mohammed, José Antonio, Santi, Jorge, David, Sandra, Daniel, Dolores, Pedro, Adoración, Alfonso, Christa......y tantas y tantas más personas, exactamente iguales que tú.